eres el primer bebé que nace en una aldea en 64 años y yo necesito escribirte una carta

llegaste ayer a un mundo que muchos creen en pausa y esperan que volverá a la “normalidad” como si nada, como quién coge una flor de la vereda y no piensa en lo que queda huérfano aferrado al suelo. Naciste ayer en el hospital de la ciudad, pero vienes de un pueblo donde viven tus padres, dos personas más y sesenta vacas. Eres muy pequeñito y aún no lo sabes, pero llevarás la tierra bordada en la piel, el olor de la rumia y el barro entre las manos, la canción de los árboles esperando a la nieve. Eres de aldea, y hoy, en un país en el que la mayoría marcha al hospital para morir, tú marchaste ayer para nacer. No olvides nunca el nombre. No sabemos que nos traerá el futuro, pero quiero contarte que hubo casas y vidas condenadas a desaparecer por la repoblación forestal y los pantanos. Que hubo gente que quiso seguir conservando el nombre de su pueblo en el dni y les dijeron que era imposible, que no se puede pertenecer a un lugar que ya no existe en los mapas. Pequeño animalillo, primer bebé de aldea de Valcuende, no escondas y no te avergüences nunca de donde vienes. Aunque sea un lugar minúsculo y lejano, aunque no viva apenas gente, aunque hables más con los terneros y los pájaros, no les des a nadie la oportunidad del desprecio, podrán arrebatarnos el pan y la lengua, pero no el vínculo y la dignidad de nombrar. Aún no lo sabes, ternerito, pero cuando duermas harás que con tu respiración crezca la hierba, que la leche comience a desprenderse por primera vez de las nuevas células. Primer bebé de la montaña, no olvides que también los surcos de la tierra tienen memoria, que hay semillas que hibernan todos los inviernos esperando el latido de la luz. Y que en las manadas de lobos, los mayores y enfermos nunca van detrás -podrían perderse y morir solos-, sino delante marcando el paso al resto, abriendo nuevos caminos entre el frío y los días inciertos cuidando siempre unos de los otros.

m.

*fuente: nace el primer bebé después de 64 años sin niños en Valcuende (León)

*carta escrita para el proyecto Cartas de interior.

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