El campo tiene otro ritmo y otras canciones:
una manera de hablar única que hermana territorio, personas y animales. Nuestros pueblos se vacían a la vez que dejan de oírse y usarse términos muy ligados al medio rural. Muchas de estas palabras llevan demasiado tiempo a la intemperie, y en muchas de ellas encontramos que la acepción ligada al campo ni siquiera aparece en el Diccionario de la Real Academia Española. Han dejado de resultarnos cercanas, convirtiéndose la mayoría en huérfanas y desconocidas. Si no las cuidamos, muchas morirán con nuestros mayores y nuestros pueblos. Esta almáciga quiere ser un punto de encuentro: un sustrato donde las expresiones de nuestro territorio descansen; una semillera para recuperar sus palabras y sus significados, para darles voz y normbrarlas, para que arraiguen entre nosotros y las tengamos más cerca.
Un diálogo-tejido con nuestro medio rural para que ellas puedan volver a existir.