También de esto surge la literatura. La conjunción de circunstancias que hizo posible que Júpiter arrasara el sistema solar y lo hiciera habitable. La oración de alguien que cree que el manto del universo se esconde tras la piel de una vaca. Los ornitólogos que se rompen la cabeza al descubrir que John James Audubon pintó aves que nunca existieron. La incesante lucha del organismo para controlar el equilibro entre las células que nacen y las que se destruyen. El poeta al que la radiografía de un cáncer le recuerda a los girasoles de Vincent van Gogh. Los hombres de la resurrección saqueando multitud de tumbas para saciar al hambre de la ciencia. Los que se mueren cada día un poco más pero afirman que en realidad están aprendiendo a volar. Las mujeres que descubrieron enanas blancas, novas, nebulosas y centenares de estrellas y se quedaron entre el anonimato y el silencio. La gravedad haciendo siempre su trabajo. También de esto nace el poema. Los científicos que murieron de hambre en la estación de Pavlovsk rodeados de comida. El número exacto de los círculos que realiza un animal sobre su propio eje antes de acostarse. La definición inexistente para una madre que pierde a un hijo. El silencio que inunda un espacio antes de que la boca emita sonido o diagnóstico. Las manos que cantan nanas al duelo. El pulso de Nelville implorando hágase la soledad. La forma de arder de las mujeres satis. Los nudillos rotos de cal y de muerte de las abuelas. El invidente que abraza una lápida creyendo que es un cabecero. Los que comparten el dolor como comparten el incendio y la palabra. Los síntomas del vuelo y de la escritura. La necesidad absurda de sostenerse. La teoría de Digges o cómo desmantelar el cielo esparciendo las estrellas a través de un espacio infinito. Los cereales necesarios para fundar una civilización. Las instrucciones exactas para destruirla. La lista de objetos que podrían esconderse en el estómago de una ballena. Las tablillas de maldición en la boca de los muertos para conseguir venganza. El vuelo de las aves que van y vienen a Chernobyl transportando con el pico la radiación. De nuevo el conocimiento, la vida, el poema. La misma vida, llevando otra vez más, en la boca, la misma muerte.